viernes, 11 de julio de 2014

Pedro Julio Mir Valentin - Pedro Mir





Para
Dionicio de Jesús Peña
con mi alta estima
Pedro Mir
(Abril 30) Feria, 1978

Con estas palabras me dedico Pedro Mir
Tres Leyendas de colores.


Juan Bosch, a finales de 1937 declaro que había llegado el poeta social esperado por el valor y el contenido social de su creación poética. Juan Bosch y Pedro Mir entablaron una amistad que duro hasta la muerte.

Pedro Mir expreso "La poesía me lanzo por esos caminos extraños, yo tome la decisión de tomar un caracter social y en mi he fijado ese destino".

Pedro Mir nació el 3 de junio de 1913, en San Pedro de Macoris. Jaime Labastida escrbe al hablarle de Pedro Mir dijo: "De inmediato quise conocerlo y me sorprendió ver en el a un hombre pequeño, enjuto, increíblemente vivaz, que no presentaba la edad que tenia. En una reunión con amigos leyó otros poemas que no conocíamos y en seguida nos preguntamos ¿como es posible que este poeta, nacido en San Pedro de Macoris,en República Dominicana, en 1913, sea un desconocido en América? ¿Que puede explicar que su nombre no aparezca al lado de los de Nicolás Guillen, Pablo Neruda o Nicanor Parra?" Pag Xl del libro Viaje a la Muchedumbre. Primera edición, 1972.
Fabio Fiallo escribió:"!Autentica poesía! Yo me hecho hacia atrás y le dejo el paso a este Pedro Mir que llega con su penacho de novedades en las manos". Dos siglos de Literatura pag. 153 poesía ll.
"..Yo estoy completamente convencido que el poeta se hace, pero además se hace con un trabajo muy riguroso, y además con una consagración a veces tan profunda, que desplaza todas las otras actividades de la vida, y no es raro ver que los poetas mas eminentes hayan sido también los hombres mas desposeídos de la fortuna y mas abandonados de la gran vida porque, precisamente, la consagración de su vida al oficio le sustrae de los otros compromisos que tiene uno consigo mismo". Le expreso Pedro Mir a Carlos T Martinez.

La voz del poeta fue recogida en México en un disco de larga duración que circulo por todo el mundo. Tenemos con su voz firme Hay un país en el mundo y otros poemas del poeta. En testimonios de América. En la universidad que fue profesor por décadas se le puso su nombre a la biblioteca central de la Universidad Autónoma de Santo Domingo Biblioteca Pedro Mir.

Pedro Mir es considerado Poeta Nacional de la República Dominicana por el Congreso Nacional 1982 y en 1997 se le otorga el Premio Nacional de Literatura.
Murió el 11 de julio de 2000.

Al portaviones "Intrépido"

Santo Domingo, febrero de 1962 (de las
agencias cablegráficas internacionales): "Mil
quinientos marinos del portaviones Intrepid
desembarcaron aquí en viaje de descanso y
esparcimiento".

Yo sé que eres un triunfo de formidable acero,

yo sé que tus marinos son muchos abejorros
blancos de nudoso pañuelo,

yo sé que por la línea que ronda tu cintura
de hierro vaga una lengua azul
que lame y acaricia tus entrañas de fuego,

yo sé que por las ondas que muerden tus dos hélices
huyen despavoridos los tiburones y los celentéreos,

yo sé que cuando suenan tus públicos cañones
huyen como palomas o gallaretas los archipiélagos;

yo sé que eres un portaviones todopoderoso,

yo sé que tú defiendes un formidable imperio
que se reclina bajo tus hombros,
que en ti se apoya y extiende su comercio,

yo sé que eres un portaviones todopoderoso,
un dios marino que vomita fuego
y hunde de un solo soplo las pequeñas Antillas
como todo un poderoso portaviones Intrépido.

Pero tú has ido a la pequeña rada de Santo Domingo,
pero tú has ido a la dulce bahía de Santo Domingo
ligeramente agitada por ondas subterráneas
en los alrededores de este mes de febrero,

pero tú has ido a la dulce bahía de Santo Domingo
con todos tus marinos de nudoso pañuelo,
pero tú has ido a las pequeñas aguas de Santo Domingo
solamente por miedo,
solamente por miedo.

A estas aguas pacificas y elásticas,
solamente por miedo.

¡Quién pudiera decirlo de tus bronces,
portaviones Intrépido!
Tú tan llena de potencias interiores,
tú tan lleno de bruscas erupciones
y movimientos sísmicos
y huracanes de roca derretida
y tanto fuego,
capaz de aniquilar a todas las Antillas
con un sólo resuello,
surto en la enternecida rada de Santo Domingo
solamente por miedo,
con todos tus cañones desplazados
solamente por miedo,
bien ceñido el feroz cinturón acorazado
solamente por miedo.

¿Será porque la carabela capitana,
aquella Santa María, hace ya mucho tiempo,
vino a amarrar indígenas después de descubiertos
y fue en los farallones y las rocas
convertida en cadáver marinero?

¿Será porque el furioso buque insignia
acorazado de Memphis, no hace aún mucho tiempo,
vino con sus cuatro chimeneas
a contener al pueblo
y fue en los farallones y las rocas
convertido en cadáver marinero?

No, portaviones Intrépido,
tú eres demasiada triunfo
de la alianza del bronce y el acero
para huir de farallones y de rocas,
de la espuma y del viento,

a ti te aterrorizan otras fuerzas
más anchas que el imperio
que apenas se cobija en tu coraza
como los celentéreos,
ponen en peligro tu sendero
y espantan tu comercio,

a ti te aterrorizan estos hombres,
fieros y subterráneos,
de pronto crecen, se dan la mano
por todos los países,
rompen gobiernos como si fueran viejas
cartas marcadas o portaviones viejos,
suben y destruyen las mentiras
de todos los imperios,
de todas las agencias cablegráficas,
todos los consorcios extranjeros,
todos los cañones y los buques
soberbios, de todos los aviones
de los portaviones,
las aviadores y los marineros,
las embajadas y los consulados,
de todos los Estados y sus Departamentos,
sus Congresos y sus Conferencias,
su diplomacia y sus testaferros.

A ti te atemorizan esas ganas
de morirse que tienen estos pueblos,
porque van muchos años, muchas elecciones,
muchos millones y muchos prisioneros
y muchas jornadas de sudor no pagado
y demasiado silencio,
y con esto no pueden tus cañones de bronce,
tu coraza de acero,
y con esto no pueden tus mentiras de plomo,
tus entrañas de fuego,

porque van muchos años, mucha sangre
mezclada con sudores y atropellos,
mucha mutilación y mucha infamia
y demasiado ejército,
y con esto no pueden los rugidos
de tus calderas, ni tus motores aéreos
ni tus grúas eléctricas y pavorosas
ni tus toneladas de desplazamiento.

¡Oh, portaviones Intrépido!
tú en estas tórridas aguas de Santo Domingo
solamente por miedo.

Recoge, prodigiosa milagro de la orilla,
tus dos anclas de hierro
y vete envuelto en pertinentes suavidades
y secretos,

vete al favor del diluido viento,
que hay pasiones y oscuros huracanes
en todo el archipiélago de las Antillas,
y no vuelvas, antes que el incendio
de todas las mujeres y los hombres
de todos los pueblos
alcancen lo que alcanzan en el mundo

ellos, solamente por cólera infinita

y tú,
solamente por miedo.
1962

1 comentario:

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